Las ciudades y los niños
Y las ciudades y el humo,
y los niños y la muerte.
No queda nada de aquello que fuimos,
creamos nuevas formas de ser felices
hicimos cuchillos con los recuerdos nuevos para degollar a los viejos.
Pusimos de excusa el avanzar y matamos a Peter Pan
nos pusimos el traje, los zapatos,
la corbata,
los tacones, la falda de tubo
y matamos a Campanilla.
Pero la vida real es una cuerda muy fina y estamos borrachos sobre ella.
No nos enseñéis matemáticas, enseñadnos a mantener el equilibrio.
Y las ciudades dejaran de convertirse en humo y los niños
dejaran de temer a la muerte.
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